Mucho se ha comentado sobre el reducido número de personas que votó en las consultas del 27 de septiembre. Según algunos, es normal que muy poca gente salga a votar en ese tipo de elecciones. Según otros, es una muestra del apoyo popular a las políticas del gobierno y del deseo que éstas continúen en manos del presidente o de algún partido de la coalición de gobierno. Hay quienes ven en ello un desencanto con los partidos y el discurso de la oposición. Y hay quienes argumentan que, aunque no se colmaron las expectativas, las consultas fueron exitosas. Las explicaciones varían según la orientación política del comentarista.
Por eso decidí preguntar informalmente a través de Twitter, sin mayores pretensiones científicas, quién conocía gente que no hubiera votado y si sabían las razones por las cuales no lo habían hecho.
Lancé la pregunta el día después de las consultas. La repetí seis veces en un lapso de 24 horas (y algunas personas la “retwittearon”). Al cabo del ejercicio, 50 personas aportaron 58 respuestas que agrupé en 11 categorías.
Estos son los resultados (click para ampliar):

Aunque hay mucho material para reflexionar acá, sólo quiero comentar un aspecto de la abstención que sale a relucir en esta mini encuesta, pero del que poco se habla. Me parece interesante que un 32% de las respuestas tienen que ver con la cédula: 12% no la inscribió (o la tiene inscrita en otra ciudad), 10% la inscribió lejos (y le dio pereza ir a votar), y otro 10% no tiene cédula y no pudo votar con la contraseña.
Si a ese 32% le añadimos el 9% correspondiente a quienes no sabían o no entendían de qué se trataban las consultas, el 7% correspondiente a quienes estaban fuera de la ciudad o del país, y el 5% que tuvo que trabajar, tenía otros compromisos o estaba incapacitado (y asumimos que si no fuera por esos factores, hubieran votado), entonces un 53% de las personas no votaron porque les resultaba muy costoso hacerlo, y no necesariamente porque no le vieran un beneficio.
¿Qué responsabilidad tienen el estado, los medios, los educadores y los mismos ciudadanos sobre los costos de la democracia? ¿Qué medidas se pueden tomar para reducirlos? ¿No es esto básico y esencial si queremos que la democracia produzca resultados electorales acertados y legítimos?